lágrimas etílicas

Caminando por la calle a las 5 am, llorando y arruinando el maquillaje. Apretaba mi celular más no poder con la esperanza de recibir un llamado, alguna voz que me consolara. Subí a mi cuarto y así como estaba me tiré en la cama. Más tarde me despertaría mi madre para comer y diría:"ay no te cambiaste, vas a arruinar tu vestido nuevo".

"I´m never drinking again" pffff Fue una de esas noches en las que empecé sintiendome la más diva y terminé siendo la más cucaracha. Una entra espléndida a un lugar y después se va de la forma más patética, qué fuerza de voluntad para cagarse la noche. Es todo culpa del alcohol que nos moviliza hasta el extremo. Y la gente...la gente que uno se encuentra y que te pregunta "¿Cómo estás? ¿andás con alguien?" y le contestás un sonriente no (claro no vas a llorarle en el hombro que estás sola y que te querés tirar un balde de agua fría) a lo que te contestan un "¿pero cómo puede ser?" "daleee ¿para cuándo?" y que encima cierran cual cereza del postre con el clásico "ya te va a llegar". Ahí te aferrás a tu vaso de cerveza mientras mirás a su ya conocido o peor flamante novio/a que obviamente te presentan y obviamente es divino/a. Entonces te transformás en La Solterona de la fiesta y lo peor en La Borracha, que empieza siendo simpática...hasta que ya no lo es.

El resto de la velada te la pasás dando vueltas y charlando como con todo el mundo pero con nadie a la vez. Y después...tocás fondo y hacés un ridículo de tu persona, lastimando a tu orgullo que ya estaba indignadísimo. Lo que nunca falta es Él, que si que no que si que no...y después no, como era de esperarse. No me llegó el memo que avisaba que los fiesteros se reformaron y que ahora son gente seria y comprometida. Léase esto como un cambio de roles. Él espléndido y vos rota y desesperada y lo peor, te quedás así.

Pero por suerte una neuronita queda en esa masa encefálica que te dice que ya es hora de terminar y de irse a dormir.

And that´s the way it is.